viernes, 22 de agosto de 2014

MIS LIBROS EN AMAZON.COM

MIS CUATRO LIBROS YA ESTÁN DISPONIBLES EN AMAZON.COM 

ALLÍ PODRÁN ENCONTRARSE CON: 
13 CUENTOS OSCUROS 
OTROS 13 CUENTOS OSCUROS 
LIPOSO, UNA ÉPICA DEL FUTURO 
VÉRTIGOS 

TODOS ACCESIBLES EN FORMATO KINDLE. 
A SOLO $1,99 CADA UNO, COMO OFERTA ESPECIAL LANZAMIENTO. 
POR FAVOR, ESCRIBAN RESEÑAS POSITIVAS EN EL CASO QUE ALGÚN LIBRO LES PAREZCA INTERESANTE. 

 GRACIAS, AMIGOS.

martes, 14 de abril de 2009

CAFE LITERARIO ALMAFUERTE
PRESENTA:

LIPOSO, una épica del futuro
(el segundo libro de Marcelo Motta)

Martes 6 de octubre 18.30 hs Sala 2
Feria del Libro de Berazategui
LIBRARTE 2009
Centro de Actividades Deportivas, Culturales y Recreativas “Roberto De Vicenzo” calles 148 y 18 - Berazategui
entrada libre y gratuita

miércoles, 17 de diciembre de 2008

LIPOSO, Una épica del futuro: Tres relatos de Liposo, una épica del futuro

Adquiéralo en:

http://www.edicioneselescriba.com.ar/



Nota del autor para Liposo, una épica fragmentaria:

Algunos críticos literarios consideran que un libro, que una obra literaria, tiene que dejar en el final, invariablemente, un mensaje o al menos un llamado de atención.
En este caso particular de Liposo, una épica fragmentaria, no es así.
El liposo es sólo un divertimento, un entretenimiento, un juego, en el cual las palabras se sueltan y convocan sensaciones ya sea con extraños personajes, o por medio de la descripción de mundos utópicos lejanos en el tiempo y en el espacio. El mensaje aquí está ausente, no tiene razón de ser. De hecho consideré menos importante elucubrar un mensaje que crear una sólida mitología paradójicamente fragmentaria, como toda mitología, en la cual se concatenan relatos maravillosos de diversas épocas. Los interlocutores son muchos, y todos valiosos en sus apreciaciones. Sin embargo el principio de verosimilitud está presente en la continuidad de la obra. El lector recompondrá las historias basadas en la mitología descripta. Queda en la consideración del mismo el criterio para una evaluación posterior y final, que complete de alguna manera, todo este caótico proceso del fluir de las palabras. O no.
Tal vez, en algún universo, todo esto esté ocurriendo, pero ni usted ni yo jamás lo sabremos.
Próximamente en librerías

Tres relatos de Liposo, una épica del futuro

III



No estoy solo escribiendo estas líneas. El liposo me acompaña en esta habitación de imágenes. Recién acaba de comerse un halo de luz de Tommy Tom. Lo que sucede es que a él no le gusta el tecnopower, al menos por ahora. Pero se vuelve loco con el sabor del halo lumínico. Es un goloso de antología.
Sabe que cuando escribo no debe molestarme; después de todo, es su diario y algún día se lo leeré completo. Ahora está suspendido en el aire, olfateando cuanta cosa se le cruza por sus podos retráctiles.

Hoy estuve con él en la plaza Axial, la que tiene el monumento de Logan en el centro. Me tomé el trabajo de tapar a mi mascota con la cortina volátil, ya que al ciberoide cuidador del lugar no le gusta que la gente pasee con mascotas en su sector. Cierto día pulverizó con su soplido a un zenogabio de Andrómeda que pretendía pisar el sector rojo. El ciberoide odia que alguien pise su sector, especialmente el rojo. No me pregunten el motivo. Lo desconozco.
Les contaré acerca de la cortina volátil que le compré al lipo. Se trata de un descubrimiento reciente. Tiene cinco años de vida, y se descubrió por casualidad en un silo nuclear de Nueva Caledonia, en Sión, una de las dos lunas de Tiro, también llamado el planeta granítico. En aquel lugar, un científico llamado Aldo Colleti se hallaba enfrascado en la puesta a punto de un acelerador de neutrinos de última generación. Se produjo una chispa infinitesimal en una de las terminales energéticas. Por lo que sé, luego de una fuerte explosión en la que, afortunadamente, el científico no quedó afectado, nació el descubrimiento propiamente dicho. Colleti aún se traba en sus palabras al recordarlo, pero lo cierto es que cuando volvió en sí, diez minutos después de la explosión, no pudo creer lo que veian sus ojos.
Todo lo que lo rodeaba había desaparecido. No sé si soy claro. El edificio de tres plantas, el centro experimental y el enorme acelerador de neutrinos se habían esfumado. Se hallaba ahora en el campo, rodeado de árboles y llanuras.
Tarde comprendió Aldo Colleti que en realidad nada había desaparecido, sino que estaba allí, ante él, todo tapado por una enorme cortina volátil de miles de metros cuadrados de superficie. Poco tiempo más tarde Aldo descubrió la fórmula para fabricarla y las manos del materialismo lo tomaron de las pestañas. En la actualidad fabrica cortinas volátiles de todos los tamaños y en cantidades industriales. Si bien el producto es costoso, compré una docena de metros y tapé a mi lipo para llevarlo a la plaza. Me sobró un retazo con el cual me hice un bonito e invisible pantalón. Dicen mis amigos que se quedan rígidos de espanto cuando me los pongo. Tendré que limitarme sólo al uso casero.

...Nadie vio al liposo en la plaza; nadie, excepto una viejita voladora desprevenida. La ingenua volaba a baja altura y el liposo, con un veloz movimiento de su gran cogote, la cazó al vuelo y la tragó en un santiamén. Ni tiempo de asustarse tuvo la pobre. Un bebé plutónico que caminaba con su madre no vidente le dijo “mamá, se esfumó en el aire”. La madre no supo de qué hablaba su hijo. Pero lo peor ocurrió luego.
Me disponía a utilizar uno de los tres soñadores sensoriales de la plaza, cuando observé con el rabillo del ojo que algo ocurría en el sector de los prismas. Uno de estos prismas, propiedad de la colección privada del famoso Gunter Hash, abandonó su base y se elevó unos diez metros de altura por encima de la gente. ¿Quién había ocasionado tal revuelo?. Mi liposo invisible, por supuesto. Lo que sucede es que al lipo le llama poderosamente la atención todo aquello que es luminoso o fosforescente. El prisma era luminoso y fosforescente.
Tres minutos después el prisma reapareció como por arte de magia, y se colocó nuevamente en su base, ante el asombro desbordado de la multitud ahora reunida. Supuse que el lipo saboreó el prisma y no fue de su agrado.
Aparté a mi querido animalito lejos de la vista del ciberoide y lo llevé a un lugar despejado. Me limité únicamente a darle consejos en un tono más alto que el habitual. El lipo lloriqueó un poco, me conmovió y le compré un globo cuadrado a uno de los andróginos que vendía en la zona.
Y volvimos a casa, mi liposo y yo, él tapado con la cortina volátil, y quien les cuenta esto, con una sonrisa muy grande por saberlo feliz y saludablemente fuerte.
El ciberoide nunca supo de qué manera un globo cuadrado podía seguir mis maniobras de vuelo con tal perfección.





IV



Les contaré algo acerca de lo que sucedió hace un par de años, cierta noche de plelunio (o plenilunio, según un cultismo), y después de que una fiesta clase A había acontecido en casa, donde habían asistido a la misma las tiernas y útópicas mascotas amigas de mi querido liposo. Ese día festejábamos un cumpleaños más del lipo, el número doscientos cincuenta y nueve.
Luego de que los discos lumínicos se apagaron y después que las camas energéticas se cargaron lo suficiente con las ondas alfa de mi lipo y de quien les habla, sucedió lo inesperado. Un ladrón entró en la casa. Se trataba de un andrógino fosforescente.

Como ya saben, existen tres tipos de andróginos fosforescentes. Están los amarillos, considerados normales, andróginos sin maldad que conservan el alma limpia. Son los que más abundan, afortunadamente.
Luego, los verdes, los que suelen ser pacíficos, pero que de vez en cuando cometen alguno que otro deslíz moral o ético (obcenidades en la vía pública y desorden escatológico).
Por último se encuentran los andróginos pardos, los cuales, a causa de una malformación en el lóbulo temporal, se ven acometidos por un delirio de ostentación extraordinario. Un andrógino pardo, por nombrar una de sus principales características, se considera el creador del Universo. Sólo le sobreviene la duda y entra en estado catatónico cuando se enfrenta a otro andrógino pardo el cual, obviamente, piensa lo mismo que el primero.
Aunque, de todas maneras, es imposible que dos andróginos pardos se encuentren cara a cara, ya que se repelen a mucha distancia gracias a su sexta extremidad prensil, la que actúa como los antiguos radares cósmicos, evitando así el acercamiento de uno similar.
Además, un andrógino fosforescente de color pardo es muy parlanchín y mentiroso, y es capaz de matar con la mirada a todo aquel que lo observe fijo a los penetrantes ojos.
El lipo y yo lo sorprendimos en el salón donde tengo mi colección de cuadros holografónicos. Por su ubicación en el lugar en penumbras supimos que deseaba robar uno de ellos en especial, la famosa holografonía titulada ”Nueces rosas al pie de una escalera caracol”, de Alejo Alexis.
El liposo le gruñó un par de veces, pero aún no sabíamos de qué color de andrógino se trataba. Cuando uno de los discos lumínicos flotantes se encendió gracias a mi orden mental, pudimos comprobar que se trataba, desafortunadamente, de uno pardo.
El sujeto se asustó al ver que las luces se encendieron y lo único que intentó fue mirarnos fijo. Pretendía fulminarnos con su poderosa mirada, pero sabíamos cómo actuar.
Mi mascota, más rápida y habilidosa que él, le lanzó un escupitajo de velocidad tres directamente a su ojo derecho. Eso lo enfureció aún más. El andrógino comenzó a vociferar falacias y a decir que nadie le podía hacer eso a él, a Dios, y que además había encontrado la ventana abierta (no tenemos ventana allí) y que sólo estaba de paso, sin la menor o mayor intención de hacerle daño a nadie y mucho menos robar la tan exitante holografonía ”Nueces rosas al pie de una escalera caracol”, de Alejo Alexis.
Le pregunté por qué mentía y me contestó que no, que no mentía y que jamás en su vida había intentado mentir.
- Eso es mentira- dije.
- Claro que lo es –argumentó él. –Pero si le digo que es verdad, va a pensar que le estoy mintiendo, por eso me tomo el atrevimiento de mentirle, para que crea que es verdad.
- Usted me confunde. Vayase – le dije.
- El que se va a ir es usted –respondió. Estaba dispuesto a liquidarme con el único ojo que permanecía abierto.
Comencé a experimentar el peso de su mirada en el interior de mi cerebro. Parecía que iba a estallar en breves segundos, cuando intervino mi fiel liposo. Le arrojó uno de los prismas móviles de mi colección privada, el cual fue a dar en el único ojo abierto del andrógino.
El indivíduo comenzó a aullar de dolor por su ojo ahora vaciado. Eso no me preocupó. Como saben, los andróginos fosforescentes –sean del color que sean- tienen la asombrosa capacidad de regenerar cualquier parte de su organismo. En tres meses este andrógino volvería a conservar sus ojos intactos.
Por otra parte, tuve que evitar que el lipo lo devorase vivo. Protegí al andrógino con una manta de invisibilidad y lo llevé al exterior, a la calle vidriada. Le pedí que nunca más apareciera por nuestro hogar.
- Mientras su pestilente y demoníaca mascota esté aquí, Dios no se inmiscuirá en sus asuntos. Me retiro, ateo. Hasta jamás.
Y así fue, el andrógino pardo se esfumó en el aire con rumbo desconocido.
Desde aquel día no tuvimos más ladrones en casa.

Hace poco encontré al andrógino. Sus ojos se habían regenerado en la gama del celeste, lo que le atribuía cierto aire de importancia. Lo encontré en la calle vidriada. Le vendía prismas móviles a los ocasionales transeúntes.
- El prisma que me arrojó su mascota me sirvió de mucho- dijo sonriendo.
- Ya lo creo –le contesté, devolviéndole la sonrisa. –Que tenga suerte, amigo.
- Dios creó la suerte –finalizó él, mientras le vendía un prisma a un centauro de tres cuernos.
Y me fui de allí, silbando el tema ”Insectos ardientes en un día de verano”, del grupo The triffids.







V



Hace poco tuve la oportunidad de asistir con mi mascota a la holografonía interactiva Delta 05, donde, entre otras atracciones reales y utópicas, trasmitieron en directo y para todos los universos dimensionales (excepto algunos paralelos, que no abonaron su código de acceso) el impresionante y esperado encuentro entre dos andróginos fosforescentes de color pardo.
Como recordarán, esta variedad de andróginos presenta la particularidad de que cada uno de los andróginos pardos se considera un Dios creador de todo lo que existe. A su vez, dichos entes presentan una extremidad prensil que actúa como si fuera un radar. Este radar les permite saber cuándo un andrógino pardo está cerca de otro.
Datos históricos permiten considerar que el mayor acercamiento entre un andrógino pardo y otro, se produjo allá por el Siglo de la Ardilla, en Ergamástron, el planeta de treinta y tres lunas, que da origen a los andróginos fosforescentes, y que se halla en el cúmulo globular del mismo nombre, en la constelación Druida.
La cuestión es que para todos los universos existentes, la vida de los andróginos pardos es un profundo misterio. Muchos investigadores conjeturan que fueron creados artificialmente por un soñador sensorial, pero a ciencia exacta, nadie sabe la verdad.
La publicidad interactiva pasó, y luego presentaron –como curiosidad- al único zinóptero de todos los universos conocidos que nació con una cabeza de un ser denso o humano. El científico entrevistado (un criogénico de Doppler) explicó brevemente que se produjo una simbiosis de carácter genético cuando este ser denso viajó, hace tres siglos atrás, con un zinóptero en una nave energética rumbo a un agujero blanco. Nadie sabe explicar cómo, pero cuando la nave regresó al planeta denso, y se abrió la compuerta, el público se topó con el increíble descubrimiento.
Vaya uno a saber qué pasó allá arriba entre el humano y el zinóptero.
Luego presencié en directo el nacimiento de un cúmulo globular, el mismo que hace dos años habían predicho que nacería exactamente en esta fecha. Es increíble cómo los sensitivos están logrando progresos cada vez más exactos con respecto a sus visiones.
Las luces se apagaron y en dos butacas, enfrentados uno al otro, iluminados por reflectores plasmáticos y divididos por una placa de antimateria, se presentaron los dos andróginos. Como dije antes, jamás se habían visto dos andróginos de color pardo a tan poca distancia uno del otro.
Al principio ninguno de los dos habló. Se limitaron a observar por espacio de unos minutos, a olerse (por más que estuviesen separados por la placa, los andróginos podían oler sus cuerpos, ya que tienen un olfato muy sensible), a estudiar los movimientos. Hasta que uno le sacó la lengua al otro, y éste respondió de igual forma. Luego uno de ellos habló, y a partir de ese momento se entabló una disputa verbal.
- Yo soy el creador.
- No, yo.
- No, yo.
- No, yo.
- No, yo.
De inmediato, y para evitar la modorra del público, un humano, que hacía las veces de moderador y conductor del programa, intervino.
- Los dos son seres creadores.
A lo que replicó uno de los andróginos.
- Existe un solo creador, y ese soy yo. Yo creé el universo, yo creé la escensia, yo soy el generador de todo lo que existe.
- No es verdad –dijo el otro andrógino- Yo soy el verdadero ser creador de todo lo conocido, la unidad primigenia, el huevo. Yo, con mi soplo vital, engendré el vasto universo y a cada una de las especies que en él habitan. Yo soy Dios, Mahoma, Zeus, Ra, Osiris, y todos los dioses humanos. Yo soy las doce entidades divinas de Orán, soy la Estrella Primigenia del planeta Ergamástron, soy el SensoSer de Nevedia y todos los dioses existentes de todos los universos.
- No es así. Ese papel lo desempeño yo, y lo he desempeñado durante toda la eternidad, porque soy eterno. Todos creen que el Universo es eterno, pero están equivocados, lo creé yo. Por lo tanto, Dios soy yo.
Cuando esto dijo, el otro andrógino calló por un momento. Atisbó la mirada de su oponente, y lo miró con un dejo de odio. Pretendía fulminarlo con sus ojos. El otro desvió la vista justo a tiempo, y el rayo de la mirada perforó la pared del estudio.
Intervino el mediador.
- Alguno de los dos tiene razón, y el otro no. No puede haber dos dioses en un mismo...
- ¡Cállese! –Dijo intespestivamente uno de los dos andróginos, y a continuación fulminó con un rayo de triple densidad al humano.
Se hizo un silencio en el estudio. El que había fulminado al humano continuó hablando.
- Yo soy la divinidad, siempre estuve y seguiré estando en cada uno de ustedes.
- ¡Mentira! El verdadero Dios soy yo. Soy inmortal y presencié el nacimiento de cada uno de ustedes, del mundo, y de cada partícula que existe en el Universo. Por lo tanto, crean en su Dios, o sea, en mí.
De pronto, y para sorpresa de los allí presentes, un niño neutrínico se acercó a los dos andróginos. Los andróginos miraron al niño con sorpresa, y el niño los miró a ellos. Todo el mundo hizo silencio. Estaba por ocurrir algo realmente grave. Lo que sucede es que los niños neutrínicos jamás mienten, y todos lo saben. Por lo tanto, el público aguardaba impaciente el veredicto del niño. De pronto se produjo un apagado sonido, como el de una leve descarga eléctrica. Y luego las cabezas de los dos andróginos estallaron al mismo tiempo. Todo el mundo supo lo que había sucedido.
El niño neutrínico les había enviado una afirmación mental. Dicha afirmación fue recibida también por el público. Los andróginos pardos, al percatarse de la verdad absoluta de esa afirmación, entraron en crisis, y no soportaron el dolor de saber que no eran Dios. La afirmación mental que había enviado el niño neutrínico a los andróginos pardos y al público fue la siguiente: ”Dios los creó a ustedes, por lo tanto ustedes no pueden ser Dios, sino hijos de Dios y, por consiguiente, hermanos”.
Por supuesto que todos aplaudieron al niño neutrínico, que decía llamarse Evo 3456.
La holografonía Delta 05, que había durado menos de lo pensado, terminó con una muy mala performance de los glúcidos luminosos. Los glúcidos comenzaron a danzar mientras sus cuerpos grasosos y transparentes se iluminaban y movían al son de un tema de Twisty, llamado ”Catharsis del mes de julio”.
Yo le hice una seña a mi liposo, y nos retiramos del estudio de televisión, mientras mirábamos cómo dos Clínicos de Axión se llevaban los cuerpos de los andróginos para disecarlos y exponerlos luego en la Fericiencia Nivel XI.